Carta 14: Debemos cuidar el cuerpo sin ser esclavos de él
14
Debemos cuidar el cuerpo sin ser esclavos de él
1
Nosotros, es menester confesarlo, tenemos un amor innato a nuestro cuerpo, del cual nos ha sido confiada la tutela. No niego que debamos tratarlo bien, pero sí que debemos servirle, pues servirá a muchos dueños quien sirva a él, quien se ocupe demasiado en él, quien todo lo refiera a él.
2
Es menester que nos comportemos, no como aquel que tiene que vivir para el cuerpo, sino como aquel que no puede vivir sin el cuerpo. Un amor excesivo a éste nos inquieta con temores, nos carga de afanes, nos expone a afrentas. Para quien ama demasiado al cuerpo la honestidad es cosa vil. Apliquemos a él la mayor solicitud, pero bien entendido que cuando la razón, el honor o el deber lo exijan sepamos lanzarlo a las llamas.