Cartas a Lucilio

Carta 32: Consejos para llegar a la vida perfecta

32

Consejos para llegar a la vida perfecta. Es cosa hermosa completar la vida antes de morir

1

Ando siempre preguntando por ti, y pregunto a todos los que vienen de ese país qué haces y con quién habitas. No me harás creer una cosa por otra, pues estoy siempre contigo. Vive como si yo tuviera que saber lo que haces; más aún, como si tuviese que verlo. ¿Quieres saber lo que más me agrada de cuanto de ti oigo contar? El no oír nada, pues la mayor parte de aquellos a quienes pregunto por ti ignoran lo que haces.

2

Cosa saludable es no conversar con los desemejantes, con los que tienen gustos diferentes a los nuestros. Pero tengo confianza que no te torcerás, que perseverarás en tu propósito, aunque te rodee una turba de tentadores. ¿Qué te diré? No temo que te cambien, temo que te estorben. Y ciertamente perjudica mucho quien nos detiene en una vida tan breve, que hacemos más breve con nuestra inconstancia comenzándola de nuevo repetidas veces. De esta manera la fraccionamos en partes, la desmenuzamos.

3

Apresúrate, pues, carísimo Lucilio, y piensa cómo redoblarías la velocidad de tu carrera si te persiguiese un enemigo, si sospechases que un jinete se te viene acercando pisando los calcañares de los fugitivos. Así es, en efecto: te persiguen; apresúrate a escapar, vete a un lugar seguro, y considera a menudo que es cosa bella completar la vida antes de morir, para aguardar después en seguridad los días que nos quedan, sin pedir nada para sí mismo, ya establecido en posesión de una vida feliz, que no se torna más feliz por tornarse más larga.

4

¡Cuándo llegará aquel día en que sabrás que el tiempo ya no te pertenece, en que vivirás tranquilo y sereno, descuidado del mañana y plenamente saciado en ti mismo! ¿Quieres saber lo que hace anhelantes del futuro a los hombres? Que nadie se pertenece. Otras cosas son las que para ti desearon tus padres, pero yo, al contrario, te deseo el menosprecio de todas aquellas de las cuales ellos te desearon abundancia. Los deseos de ellos expoliaron a muchos para enriquecerte a ti; todo lo que te traspasaron tuvieron que sustraerlo a otro.

5

Yo te deseo la libre disposición de ti mismo, y que tu alma, agitada de vagas fantasías, pueda, por fin, descansar y afirmarse, que se complazca en sí misma, y comprendiendo los verdaderos bienes (entenderlos es casi poseerlos) no sienta la necesidad de aumentar el número de años. Ha superado las necesidades, ha conseguido quedar emancipado y libre aquel que vive cuando su vida ha quedado ya cumplida.

Download Newt

Take Cartas a Lucilio with you